
- Salud Animal
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by admin_Megagro2019
Los perros desde tiempo inmemorial se convirtieron en compañeros de los seres humanos quienes los utilizaban para labores como la cacería y la vigilancia de sus casas o lugares donde habitaban.
Hoy en día, si bien algunos de ellos pueden considerarse perros de trabajo, en general tienden ser como mascotas o animales de compañía especialmente de los niños. En esta ultima actividad, ocupan un lugar irremplazable por la devoción y paciencia con que juegan e interactúan con sus pequeños amos.
Los perros y gatos son susceptibles al ataque de diferentes tipos de parásitos internos y externos. Entre los internos están los áscaris, los ancylostomas, las tenias, las coccidias (isosporas) y las giardias. Entre los externos están las garrapatas y las pulgas.
En general los dueños de los perros y gatos saben o tienen una idea de que estas mascotas pueden tener parásitos y por lo tanto deben ser desparasitados con relativa frecuencia; sin embargo muchos de estos animalitos, o se desparasitan únicamente cuando son llevados a la vacunación o a una revisión veterinaria o simplemente no se desparasitan.
Ahora bien, lo que no saben muchos dueños de mascotas es que ciertos parásitos pueden ser trasmitidos de los animales a los humanos (zoonosis) y especialmente a los niños, con consecuencias potencialmente graves. Entre estos sobresale específicamente el Toxocora canis, parásito que pertenece al orden de los denominados áscaris.
El Toxocora canis vive normalmente en el intestino delgado de los perros; ahí se reproduce eliminando los huevos con las heces. Estos huevos después de algunos días se hacen infectantes y al ser ingeridos por otro o por el mismo perro, llegan al intestino delgado (duodeno) en donde eclosionan y dan origen a una larva la cual atraviesa la pared duodenal, y luego pasa al hígado y por vía sanguínea, al corazón, pulmones y luego asciende para ser deglutida nuevamente.
Si el huésped es un perro susceptible (cachorro, joven o con bajas defensas) la larva pasa al intestino delgado donde se hace adulta y completa su ciclo de vida; si en cambio el huésped es un perro resistente, la larva se va a encapsular en algún tejido del animal esperando condiciones favorables para reactivarse, como una baja de defensas del huésped o más frecuentemente el estado de preñez de la hembra.
Cuando este último caso ocurre, las larvas se reactivan hacia el último tercio de la gestación y van a infestar a los fetos por vía placentaria o posteriormente a los cachorros por vía mamaria (a través de la leche).
Por estas razones y para efectos prácticos, se puede afirmar que todos los cachorros al nacer ya vienen infestados con Toxocora canis o se infestan inmediatamente a través de la leche. Los cachorros después de algunos días, empiezan a eliminar huevos y larvas que en este caso son infectantes.
Las perras al ingerir las heces de sus hijos como lo hacen normalmente para mantenerlos limpios, se reinfestan. La sintomatología en los animales afectados por esta parasitosis se presenta principalmente en cachorros y animales jóvenes y se manifiesta por abultamiento del abdomen, tos con descargas nasales, diarreas, vómitos, deshidratación, neumonías, desnutrición y en algunos casos la muerte.
Desde el punto de vista de salud pública, el problema se presenta cuando los huevos infectantes de Toxocora canis son ingeridos accidentalmente por un humano, puesto que las larvas se van a encontrar en un medio extraño y no pueden continuar con su ciclo normal de vida (aquí el parásito se denomina “Larva migrans”) y empiezan a movilizarse por el organismo buscando donde ubicarse, llegando a afectar principalmente hígado, pulmones, ojo y cerebro.
Las larvas causan daño al alimentarse, movilizarse y eliminar mudas y líquidos de mudas y esto, junto con la reacción del sistema inmunológico de la persona infectada puede llegar a afectar el funcionamiento del órgano que están ocupando e incluso su integridad. También se han reportado afecciones a nivel cerebral que pueden causar la muerte.
Las personas más expuestas a sufrir de “Larva migrans” son los niños de 1 a 5 años que tienen contacto estrecho con los perros o que se llevan a la boca (accidental o intencionalmente), partículas de tierra contaminada con huevos de Toxocora canis. Los infantes que acostumbran comerse las uñas o comer tierra, tienen más probabilidades de sufrir de este problema.
Para prevenir esta situación se deben seguir las siguientes recomendaciones:
- Desparasitar periódicamente a perros jóvenes y adultos y en forma especial a los cachorros y perras paridas.
- Limitar el contacto de los niños con perras que estén criando cachorros y con los mismos cachorros.
- Asear en forma adecuada y diaria, el lugar donde los perros de la casa acostumbran defecar.
- Controlar el acceso de los niños y de los perros de la casa a sitios donde acostumbran defecar otros perros.
- Tener en cuenta de que, a pesar de que algunas mascotas no salgan a la calle, pueden infestarse si las personas que viven en la casa o la visitan, ingresan a ella con los zapatos sucios de heces de perros parasitados o de tierra que pueda contener larvas de Toxocora canis y de esta forma servir como vectores y contaminar los lugares que frecuentan dichas mascotas.
Texto: Dr. Alvaro Gómez Neira – Director Médico Veterinario – Laboratorios LIFE

